Palabra Viva y Eficaz

Lámpara es a mis pies tu palabra…

¿Cómo te está yendo con tus propósitos para el nuevo año?  ¿Estás siguiendo la dieta que te propusiste hacer?  ¿Cuántas veces hiciste ejercicio esta semana?  El propósito de año nuevo más popular entre los cristianos, y el que también tiene la mayor tasa de fracaso, tiene que ver con nuestro tiempo devocional y la lectura de la Biblia.  Los planes de leer la Biblia en un año naufragan en cuanto la lectura llega a Levítico o Ezequiel.

Al final de este artículo, estarás motivado(a) no solo a leer la Biblia, sino que espero que decidas hacerte un(a) diligente estudiante de ella.  Más importante aún, espero que decidas someterte a la autoridad de la Palabra y permitas que ella obre un efecto poderoso y transformador en tu vida.  La razón es muy sencilla:

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Heb. 4:12 RVR)

La Palabra de Dios es viva

La humanidad se ha obsesionado por mucho tiempo por encontrar la fuente de la vida, la fuente de la eterna juventud.  Hubo un tiempo que se pensaba que se encontraba en donde hoy se está el estado de Florida y se acreditaba a Juan Ponce de León haberla encontrado y hasta fue el tema de una reciente película de piratas.  Hoy algunos creen encontrarla en las manos de un cirujano plástico o en sofisticados procedimientos médicos que prolongan nuestra existencia.  ¡La fuente de vida ya está en nuestras manos!  ¡La Palabra de Dios es viva y es vida! Tiene vida, imparte vida.  Es justo lo que Jesús le dijo a su discípulos en Juan 6:63 “las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.”  El contexto indica que las palabras de Jesús no habían sido precisamente bien recibidas (vrs. 59, 60 “Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum. Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?”) hasta el punto que algunos de los que hasta entonces eran sus seguidores decidieron abandonarlo (vr. 66). Cuando Jesús desafía a los 12 a irse también si desean, Pedro responde: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.” (vr. 68)

La Palabra de Dios es eficaz

Hay tres palabras parecidas pero que significan cosas diferentes: eficiente, efectivo y eficaz.  Eficiente es la habilidad que nos permite hacer un uso óptimo de un recurso.  Efectividad es la capacidad de producir el efecto esperado.  Eficacia es la virtud de cumplir un propósito, alcanzar un objetivo, lograr lo que se desea.  Las cápsulas de Omega 3 que algunas personas toman a diario pueden ser eficientes si en lugar de ser grandes como lo eran antes logran poner todo su contenido en una cápsula pequeña, son efectivas si logran bajar el colesterol de la persona que las toma, pero son eficaces si consiguen librarnos de un futuro infarto cardíaco.

La palabra “eficaz” es ενεργησ (energes), que también puede traducirse como “poderosa” o “activa”. La Palabra tiene poder (energía) capaz de obrar un efecto sobrenatural.  Cada vez que te expones a la Palabra de Dios, hay un poder que se libera, un efecto poderoso que debe suceder.  Es lo que Pablo afirma en 1 Cor. 2:4, 5:

“y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.”

La predicación no debe ser un discurso teológico que confunde y enreda.  Tampoco debe ser una pieza de oratoria cuya elocuencia o erudición impresione a los oyentes.  La responsabilidad de un predicador es exponer la palabra de Dios de tal modo que sea claramente entendida y que el poder de Dios obre en la vida de los oyentes. Nuestra actitud al escuchar un mensaje debe ser como la de los tesalonicenses:

“…porque al oír ustedes la palabra de Dios que les predicamos, la aceptaron no como palabra humana sino como lo que realmente es, palabra de Dios, la cual actúa (ενεργεω energeo) en ustedes los creyentes.” (1 Tes. 2:13 NVI)

Steel_SwordLa Palabra de Dios es Cortante

Si vas a exponerte a la palabra de Dios ¡vas a salir cortado!  Dios quiere exponer lo que está debajo de esa epidermis pseudo-espiritual con la que nos recubrimos.  Ese ropaje bonito, esa apariencia de piedad con la que a veces tapamos nuestros pecados más vergonzosos ¡debe ser cortada!   Puede ser doloroso permitir que la palabra de Dios nos corte, pero “fieles son las heridas del que ama” (Pro. 1:6). A diferencia de nuestras palabras, que muchas veces hieren y lastiman sin lograr otro efecto más que dolor, traumas y resentimiento, cuando la palabra de Dios nos corta es como el bisturí de un médico; una cirugía necesaria, que busca extirpar un tumor, corregir algo que no está bien en nuestra vida y traer vida a un cuerpo moribundo.  Las cortaduras son dolorosas.  No nos gusta experimentar cortes en nuestra piel. Cortarnos es exponernos a infecciones y si la cortadura es profunda y grande puede causar incluso la muerte.  Cuando los escritores sagrados hablaban de la palabra de Dios no la compararon con una navaja o un cuchillo, ni siquiera con un hacha.  La Palabra es realmente como una espada de doble filo.  Efesios 6:17 afirma que la espada del Espíritu es la palabra de Dios.

La Palabra de Dios es penetrante

Para que la Palabra tenga un efecto transformador en tu vida, no basta con la dieta dominical.  Es necesario exponernos de una manera periódica a ella.  No es posible mantener un cuerpo activo y saludable comiendo solo una vez a la semana.  Si alguien hace esto, vivirá al borde de la inanición.  No es posible sostener la vida con una comida semanal, por muy nutritiva que ésta sea.  Lo mismo con la dieta espiritual: si no nos alimentamos debidamente padeceremos de anorexia espiritual, inapetentes del alimento que nos hace crecer.  Dios no se conforma con tocar tu vida de una manera superficial.  Algunos creemos que la religión o la vida cristiana debe ser un asunto inofensivo, de una vez a la semana en el que cumplimos con el ritual de ir a la iglesia y cumplir con darle a Dios ese par de horas de misa evangélica.  El mensaje dominical es la única vez que nos exponemos a la Palabra y sólo algunas veces salimos ligeramente rasguñados.  Son heridas que solo nos causan alguna irritación o incomodidad pero ningún efecto transformador.  El culto o el mensaje sólo es un tema de comentario del almuerzo.

“deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación,” (1 Pedro 2:2 NVI)

La leche es buena para los bebés, pero no basta para los adultos.  (Heb. 5:11-14 NTV)  Algunos padecemos de una desnutrición espiritual crónica, porque nos hemos acostumbrado a la leche.  Si usted es de los cristianos de “solo Juan y Salmos” entonces puede estar padeciendo una ligera inanición espiritual.

Por aquellos que quieren resistirse a la Palabra, que han endurecido su corazón y su mente, es que se escribió que la Palabra penetra hasta partir “la médula de los huesos” (NVI) o “los tuétanos” (RVR).  No es difícil cortar el tejido blando del cuerpo, pero ¿los huesos?  Por mucho que quieras endurecerte al efecto de la palabra de Dios, nunca serás suficientemente duro para resistir el filo de esta espada.  Otra posible interpretación es que la Palabra no solo penetra alma y espíritu sino que también tiene un efecto físico en nosotros (“coyunturas y tuétanos”).  El propósito de algunas enfermedades puede ser que Dios quiere hablarnos y nosotros sencillamente nos resistimos y él se ve forzado a traer sobre nosotros enfermedad.

La Palabra de Dios discierne los pensamientos y las intenciones del corazón

Por si “alma y espíritu” fueran una referencia muy confusa al poder de penetración que la Palabra tiene en nuestra vida, el autor de Hebreos es específico al referirse a la manera cómo la Palabra es capaz de juzgar (discernir en el sentido de sopesar, determinar la bondad o la virtud de) nuestros pensamientos y aún de nuestras motivaciones.

Nuestras acciones y palabras no siempre reflejan lo que está dentro de nosotros.  Nos hemos convertido en unos verdaderos artistas a la hora de fingir sentimientos y actitudes.  Todos llevamos por dentro un Dr. Merengue, un Dr. Jekyll, que es el que realmente refleja lo que pensamos o sentimos.  Podemos engañar a todo el mundo, pero no a Dios.  Su Palabra nos desnuda, pone en evidencia lo oculto de nuestro corazón (Heb. 4:13 “Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.”). Pero Dios es un caballero y no nos avergüenza públicamente.

Al escuchar un mensaje o leer un pasaje tenemos la tendencia a pensar en alguien más (“este mensaje lo debería estar oyendo fulano” o “esto está bueno para zutano, le voy a conseguir la grabación”).  Le ponemos dedicatoria a ciertos mensajes o pasajes bíblicos y no siempre estamos dispuestos a aplicarlo primero a nosotros mismos.  Más cuando te atreves a hacerlo, puede ser que sientas una cortada, pero en lugar de escarbar y examinar qué es lo que Dios está tratando de mostrarte lo que haces es ponerte una vendita, esconder la herida e ignorar la verdad.  Es justo a lo que Jesús se refería con la parábola del sembrador.  La semilla de la Palabra puede ser arrebatada por las aves del cielo, ahogada por los espinos, quemada por las rocas calientes o germinar y llevar fruto. (Mt. 13:18-23 NTV)

Conclusión

Mi abuela cultivó en mi, no solo amor sino curiosidad por la Palabra de Dios.  Tuvimos un devocional diario desde que tengo uso de memoria, que incluía memorización de versículos y lectura de capítulos enteros de la Biblia.  Si desea cultivar esto mismo, no solo para tí mismo sino para otros, aquí hay algunas recomendaciones prácticas:

  • Si no entiendes lo que lees, posiblemente estás usando una versión inadecuada de la Biblia.  Busca una versión o, mejor aún, utiliza una variedad de versiones para mantener tu lectura fresca y enriquecer tu comprensión de las Escrituras. Considera una Biblia de Estudio, la cual tiene otros recursos que ayudan a entender lo que leemos. (como el ejemplo de Felipe y el etíope en Hch. 8)
  • Sigue un plan de lectura por ejemplo el McCheyne que es la Biblia completa en un año con lectura doble del Nuevo Testamento y Salmos.
  • Si eres de las personas que no gustan de la lectura busca otras maneras de exponerte a la Palabra: Daily Audio Bible (en Español). Lleva la Biblia a todas las partes en tu smartphone o tableta.  Hay abundancia de opciones como YouVersion™, Olive Tree, y BibleGateway.
  • Busca un lugar y hora libre de interrupciones. Date tiempo para “rumiar” lo que has leído. A algunos les funciona antes de dormir, pero para otros la primera hora de la mañana es la mejor. La Palabra debe permear todo tu ser, no solo hacerlo por compromiso o de prisa.
  • Por último, cuando el predicador diga algo que te corte ¡no te enojes con él!  No lo tomes personal. Los predicadores solo somos instrumentos responsables de exponer, explicar y aplicar la verdad de Dios.  ¡Los primeros a los que corta la Palabra es a los predicadores!  Todo predicador viene con una carga profética, un mensaje de parte de Dios para cada uno de nosotros. Todo predicador está sujeto a lo que dice 2 Tim. 2:15: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.”

Que en tu vida y la de tus hijos se cumpla lo dicho en 2 Tim. 3:15-17 (NTV):

Desde la niñez, se te han enseñado las sagradas Escrituras, las cuales te han dado la sabiduría para recibir la salvación que viene por confiar en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra.

Enseñar, redargüir, corregir, instruir.  ¿Vas a dejar que la Palabra haga estas cuatro cosas en ti?

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Puedes escuchar el audio de este mensaje en el siguiente enlace: Palabra viva y eficaz

También puedes descargar el manuscrito/bosquejo para predicar este mensaje haciendo click aquí: Palabra viva y eficaz

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