Hacer la voluntad de Dios y obedecerle sería muy sencillo si pudiéramos escuchar la voz de Dios tan claramente como la escucharon Moisés y los profetas de los que leemos en la Biblia. Pero hoy Dios pareciera estar jugando al gato y al ratón. ¿Cómo estar seguros que lo que estamos escuchando es realmente la voz de Dios hablándonos? Con tantas voces a nuestro alrededor enviando confusos y hasta contradictorios mensajes, es difícil distinguir la genuina voz de Dios hablando. Sigue leyendo